Una escultura realizada íntegramente en chocolate podría considerarse arte efímero, pero lo cierto es que estas creaciones pueden durar en buen estado hasta dos años si se mantienen en las condiciones adecuadas, con una humedad del 50% y una temperatura de 15 a 20 grados centígrados.
Según el maestro Oriol Balaguer, una escultura realizada íntegramente en chocolate podría considerarse arte efímero, pero lo cierto es que estas creaciones pueden durar en buen estado hasta dos años si se mantienen en las condiciones adecuadas, con una humedad del 50% y una temperatura de 15 a 20 grados centígrados.
El repostero y maestro chocolatero Oriol Balaguer, autor de 10 espectaculares esculturas que se exponen desde hoy en el hotel Oscar Room Mate Madrid bajo el título "Placer y chocolate", ha explicado hoy a Efe que los peores enemigos de estas dulces figuras son el sol, la lluvia y la humedad, y ha recalcado que las piezas son "completamente comestibles".
En la muestra puede verse una gran mano que trata de asir un helado, un globo del mundo, un enorme cubo agujereado con un helado dentro, una silueta de mujer, o un helado gigante cubierto de insinuantes labios, aunque la más complicada de crear ha sido una pieza en negativo, pues "hacer un contramolde en chocolate es una de las técnicas más complicadas", ha agregado el repostero.
Casi un mes de trabajo de diez personas y media tonelada de chocolate negro, blanco y con leche, unos 50 kilos por pieza, han sido necesarios para modelar las esculturas, en las que se han empleado las técnicas más actuales que se aplican hoy en el arte de la bombonería: terciopelo, glaseado, moldeado, contramolde, e incluso la "técnica Chillida", que recuerda a las creaciones del desaparecido escultor vasco.
La parte más difícil a la hora de tallar una de estas "piezas conceptuales" que pretenden "transmitir sensaciones" es conseguir un acabado perfecto y limpio en el que no se aprecien sobre el chocolate huellas, rayaduras o cualquier otro tipo de imperfección, ha destacado Balaguer, quien trabajó siete años en el restaurante El Bulli y está considerado uno de los mejores reposteros del mundo.
Además, a este artesano del chocolate el mejor piropo que le puede decir un cliente es que le da pena comerse una de sus creaciones, todo un consuelo para alguien que dedica su vida a tan efímero pero sabroso arte.
Las diez esculturas que componen la exposición, creadas en honor del aniversario de un conocido helado, tienen líneas rectas y modernas, combinan distintas texturas.
En todos los casos estas creaciones buscan resaltar "el poder del chocolate para hacer la vida más placentera", ha dicho Balaguer, cuya creación "Las 7 texturas del chocolate", imitada hasta la saciedad y todavía hoy presente en las cartas de numerosos restaurantes, recibió el título de Mejor Postre del Mundo en el 2001.
EFE 2011