Es nuestro mejor reconstituyente en invierno pero,…¿Por qué no tomar chocolate en verano?
El chocolate a la taza es, sobre todo en Europa, una institución.
Se tostaban y molían los granos de cacao y se mezclaban con agua, chile, clavo, canela,… consiguiendo una bebida que se batía para formar espuma y se degustaba así.
Al pasar a Europa, la bebida pierde los componentes picantes y gana azúcar para hacerla dulce. Se toma espumosa pero caliente y se puede hacer con agua o enriquecer con leche, crema de leche,… según el país donde se adopta.
Hoy, un buen chocolate a la taza, puede comprase semipreparado para disolver en leche, o puede hacerse desde el polvo de cacao y añadiendo todos los componentes.
Pero lo que te proponemos es que reinventes el chocolate a la taza. Haz una de las recetas, la que prefieras y tómala de otro modo, te proponemos algunas combinaciones pero seguro que tú creas tu propia versión.
• Caliente: sobre una base de chocolate a la taza,
Suizo: con doble nata por encima
Caféchoc: con café expreso
Tocado: con un toque de Baileys o tu licor preferido
Valencia: con trocitos de naranja confitada
Bombón: en una copa rellena de leche condensada en la base
• Frio: sobre una base de chocolate a la taza muy frio,
Limónchoc: con una bola de helado de limón
Suizo de verano: con una bola de helado de nata
Frappé: con mucho hielo picado
Gelatina: disuelto en gelatina neutra y enfriado
Berry: con trocitos de frutas rojas muy frios
Martini: con un chorrito de Martini Bianco muy frio e incluso con hielo
A la menta: mezclado con un infusión concentrada y fría de menta (o cualquier infusión de tu gusto)